Las raíces contienen compuestos insaturados como polienos, taninos y fitohemaglutinina, que le confieren propiedades antibacterianas y antifúngicas, las más características de esta planta y por las que se emplea en heridas, forunculosis, acné, abscesos yulceraciones tórpidas.
Aparte presenta propiedades hipoglucemiantes, astringentes y diuréticas, por lo que su uso también se recomienda en diabetes, disquinesia biliar, gota, reumatismo...
Decocción. Se añaden 30 gramos de la raíz sobre un litro de agua hervida, dejándolo en estas condiciones durante al menos diez minutos. El líquido obtenido después de filtrado se puede tomar repartido en un máximo de tres tazas al día.
Polvo de raíz: Se puede tomar a razón de tres gramos al día para conseguir así sus efectos antiinfecciosos.
Aceite de Bardana: Se puede aplicar directamente sobre el cuero cabelludo para combatir la caspa o para la obtención de pomadas que se aplican sobre heridas o úlceras, consiguiendo con ello su cicatrización.
Hipoglucemiante. Astringente. Antibacteriano.
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