Encina
Quercus rotundifolia L.
Se emplean las flores y la corteza. En su composición encontramos abundancia de taninos. Excelente astringente. Indicada en las diarreas crónicas y en la disentería, en las hemorragias de la nariz, de la vías urinarias, del estómago, del intestino y del pulmón. Almorranas, fístulas y úlceras, catarros de la vejiga y flujo blanco. Para aumentar la orina.
Contra el sudor de los pies, catarros de la vagina, grietas de los pezones, y úlceras varicosas. Su uso está contraindicado en tratamientos con pectina, sales de hierro o alcaloides, así como en casos de gastritis o úlcera gastroduodenal.
Uso: Se toma el cocimiento de la corteza desmenuzada o de las flores, una cucharadita pequeña por taza, tres o cuatro veces al día. En uso externo, se emplean los mismos cocimientos a doble concentración.
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