viernes, 12 de junio de 2009




- Hamamelis
- Hamamelis virginiana

La parte que interesa con fines medicinales son las hojas, aunque a veces también se utiliza la corteza. Las hojas se recolectan durante el verano, antes de que empardezcan; su desecación debe hacerse a la sombra, lo más rápido posible.
Las hojas contienen una alta proporción de taninos.

También presenta ácido gálico y caféico, así como diversos heterósidos flavónicos con miricetina, quercetina y kampferol. Además es particularmente rico en aceites esenciales.

La composición química de la corteza es bastante semejante a la de las hojas. Las hojas de hamamelis presentan propiedades astringentes, vasoconstrictoras, hemostáticas, vitamínicas y antimicrobianas. Se emplean sobre todo en trastornos de la circulación venosa, como pueden ser varices, hemorroides y flebitis, y también es ampliamente usada en trastornos de la menopausia. En uso externo se usa como astringente y cicatrizante en heridas mal curadas, en ciertas dermatitis, etc., siendo el agua destilada de hamamelis óptima para la desinfección de heridas, descongestión de piel irritada y como apósito en esguinces y contusiones.

Extracto fluido: 1-4 g/día.
Infusión: Hecha con 2-4 g de las hojas en una taza de agua hirviendo y el polvo a razón de 0,5-1,5 g. al día.
Se usa también en forma de colirios por sus propiedades astringentes y vasoconstrictoras, para descongestionar ojos cansados e irritados.
Por último, en homeopatía es una planta muy utilizada que entra a formar parte de numerosos remedios tanto de forma externa como interna.
Astringente. Vasoconstrictor. Antimicrobiano.



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