-Olivo
-Olea europea
Las hojas del olivo contienen un glucósido llamado oleuropeina. Además poseen glucosa, materias tánicas y resinas. Los frutos tienen en su parte carnosa una gran cantidad de aceite, razón por la cual es un árbol tan querido, ya que desde hace algunos años se vienen reconociendo mundialmente las grandes cualidades del aceite de oliva con respecto a los demás aceites del mercado. Además, es una grasa que tarda mucho en enranciarse y por esta razón resulta muy útil en farmacia para preparar numerosos medicamentos. Las hojas son ligeramente febrífugas y también tienen propiedades antihipertensivas. Además se comportan como buen diurético, acción que se ve reforzada por los flavonoides y sales potásicas que presentan en su composición. El aceite -aparte de tener un gran valor nutritivo reconocido en los cinco continentes- ejerce una acción hipocolesterolemiante, ligeramente laxante y emoliente en aplicación tópica.
Infusión: Se toman unos 40 g. de hojas frescas machacadas por litro de agua hirviendo. De esta infusión se pueden tomar hasta tres tazas al día.
Aceite: Dos o tres cucharadas soperas de aceite de oliva tomadas en ayunas con zumo de limón actúan como laxante, colagogo o antiinflamatorio intestinal. En el mercado farmacéutico existen múltiples preparaciones que contienen el fruto o las hojas.
Vasodilatador. Diurético. Antiséptico.
Infusión: Se toman unos 40 g. de hojas frescas machacadas por litro de agua hirviendo. De esta infusión se pueden tomar hasta tres tazas al día.
Aceite: Dos o tres cucharadas soperas de aceite de oliva tomadas en ayunas con zumo de limón actúan como laxante, colagogo o antiinflamatorio intestinal. En el mercado farmacéutico existen múltiples preparaciones que contienen el fruto o las hojas.
Vasodilatador. Diurético. Antiséptico.
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