Espliego
Lavandula spica
Lavanda
Planta perenne, leñosa, que todos los años renueva los vástagos herbáceos que pueden llegar a medir 40 centímetros de altura. Las hojas, alargadas y finas, se distribuyen opuestas sobre el tallo.
Las flores de color azul que se disponen en la extremidad del tallo son muy aromáticas y proporcionan un olor característico. Su cultivo es bastante fácil y se puede realizar tanto por medio de semillas como de esquejes, siendo éstos últimos los más recomendados, pues así nos aseguramos de que la nueva planta posea exactamente el mismo olor que la planta original.
La floración se produce en verano. Para la recolección se deberá contar con una planta de al menos dos años, y proceder a la misma cuando las flores se hayan abierto, ya que la parte a recolectar es la sumidad florida; así que lo óptimo es hacerlo un día soleado y bien entrada la mañana. Es también muy importante, al efectuar la recolección, el recoger solo la sumidad florida, sin dañar el resto de la planta, ya que al ser perenne y estar lignificada se facilita la regeneración y así al año siguiente podremos volver a aprovechar la misma planta.
Como en su esencia posee componentes alcohólicos como el linalol, geraniol y borneol, el secado se debe efectuar a la sombra y siempre a una temperatura inferior a los 35 ºC, pues en caso contrario se evaporarían estos alcoholes, con lo que se perdería la actividad terapéutica del producto así obtenido. Para su perfecta conservación, se procederá a guardarlo en latas bien cerradas. La esencia de lavanda puede producir alergias en individuos sensibles, en los que puede llegar a provocar una excitación del sistema nervioso central. Por otra parte, si se administra por vía oral puede dar lugar a un efecto anestésico general, con los peligros que esto conlleva. Se emplea como sedante, antiepiléptico, carminativo, diurético, espasmolítico y cicatrizante.
Infusión: Treinta gramos de la sumidad florida por litro, para tomar después de las principales comidas.
Inhalaciones húmedas: 5 a 10 gotas de esencia por cada 50 cm3 del preparado.
Decocción: 30 a 50 gramos de la sumidad florida en un litro de agua, durante diez minutos; aplicarlo después de forma tópica, mediante compresas o realizando lavados, irrigaciones... según la zona a tratar.
Maceración oleosa: 30 gramos de la sumidad florida en aceite de oliva, dejándolo dos horas al baño maría, y hasta un día de maceración. Se emplea contra el eczema seco.
Sedante. Diurético. Hipotensor.
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