domingo, 17 de mayo de 2009



frángula -Rhamus frangula -Arraclán

La corteza de la frángula fresca resulta tóxica, y tiene un intenso efecto vomitivo. Pero, con el tiempo, va perdiendo espontáneamente su toxicidad, y adquiriendo una notable virtud medicinal. Después de un año de secado, la corteza de frángula se convierte en un apreciado remedio contra el estreñimiento.
Hábitat: abundante en los bosques y lugares húmedos de Europa y de la mitad norte de España. Conocida y usada en el continente americano, donde también se cría la especie Rhamnus purshiana (cáscara sagrada, planta que figura a continuación de esta) cuyas propiedades medicinales son similares a las de la Rhamnus frangula.
Descripción: arbusto de la familia de las Ramnáceas, de 2-3 m de altura, sin espinas, con pequeñas flores de cinco pétalos. Da como fruto bayas de color rojo en verano, y negro brillante en otoño, cuando maduran.
Partes utilizadas: la corteza desecada del tronco y de las ramas.
Propiedades e indicaciones: los principios activos de la corteza de frángula son los glucósidos antraquinónicos, que le otorgan las siguientes propiedades:
Laxante de acción suave, pero eficaz. No provoca retortijones, ni evacuaciones líquidas, ni otros trastornos secundarios propios de los laxantes irritantes. Tampoco produce pérdida de potasio y de otras sales minerales, ni colitis secundaria, hechos que se observan a menudo en los usuarios habituales de laxantes químicos. Y, por si fuera poco, el intestino no se habitúa a su empleo, por lo que sus efectos permanecen constantes aunque se ingiera durante mucho tiempo. Resulta pues ideal para quienes padecen de pereza intestinal desde hace muchos años, y que ya han probado diversos laxantes, sin demasiado éxito, y a veces con efectos secundarios nada deseables. Estos pacientes, que suelen ser mujeres, si quieren vencer esta desagradable dolencia, deben seguir además una dieta rice en fibra vegetal.
Colerética: como decía el botánico Mattioli, la corteza de frángula también favorece el buen funcionamiento del hígado por su efecto colerético. Los enfermos de hepatitis aguda y crónica, de diversas hepatopatías o incluso de cirrosis, se beneficiarán de su empleo.
Uso: decocción con 20-30 grs. de corteza triturada, añeja (de un año por lo menos), en medio litro de agua. Hervir durante 20 minutos; si se deja reposar durante unas horas, aumenta su eficacia; filtrar y tomar 1-2 tazas, preferiblemente por la noche, para que produzca efecto a la mañana siguiente.
Precauciones: la corteza de frángula no se debe tomar junto con bicarbonato sódico, sal de frutas, leche de magnesia o cualquier otro alcalino, pues su efecto se ve notablemente disminuido. Se desaconseja su uso en caso de embarazo, lactancia, menstruación y crisis hemorroidal (hemorroides inflamadas).

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